Una nueva generación de empresarios precoces en EEUU. Miden poco más de un metro y no tienen edad de conducir, pero han conseguido que sus inventos facturen miles de dólares al año.
Jasmine Lawrence
A sus 15 años y bajo el lema "joven y consiguiéndolo" dirige Eden Bodyworks LLC, una pequeña compañía dedicada a la elaboración de productos naturales de belleza, que fundó con sólo 13 años. Según dice la idea surgió por la necesidad personal. Cansada de productos químicos que dañaban su pelo, decidió aprovechar sus conocimientos de sustancias naturales para crear un producto que cuidara su cabello. Con una inversión inicial de 2.000 dólares para comprar aceite, botes de plástico y el resto de materiales, convirtió su dormitorio en la factoría de su empresa, donde fabricaba un único producto que vendía en pequeños establecimientos de Nueva Jersey.
En la actualidad, ofrece siete productos y llega a ocho estados, por lo que Jasmine se ha visto obligada a ampliar su fábrica y trasladarla al garaje de su casa. El año pasado, la joven empresaria obtuvo unos ingresos de 15.000 dólares, de los que casi el 60 por ciento fueron beneficios, y se encuentra a punto de firmar un contrato de distribución con "Wal-Mart", la mayor cadena de grandes superficies comerciales del país.
Spencer Whale
A la edad de 6 años inventó un útil juguete que sirve para que los niños puedan hacer más llevadera su estancia en el hospital y que los padres y enfermeras no tengan que correr por los pasillos sujetando los aparatosos sueros intravenosos. Su idea, el KidKare Riding Car, un colorido coche de pedales que además sirve de base para portar aparejos médicos, gano un concurso y poco después este joven de Pittsburg, que ahora cuenta con 14 años, vendió su licencia a una empresa para que lo fabricase a gran escala.